Mejora tu manera de formular objetivos

¿Sabes pensar en positivo a la hora de formular tus objetivos? ¿O más bien te dices cosas como ‘ya no voy a fumar más’, ‘quiero quitarme algunos kilos, así que a partir de ahora no como más chocolate’, o ‘no voy a mirar más cosas en internet antes de dormir porque me desvela’?

Si eres de los que frecuentemente adoptas la segunda fórmula no me extraña que lograr tu objetivo sea tarea difícil.

¿A qué se debe el hecho de que una y otra vez que te propones "no hacer algo" los resultados dejen tanto que desear?

La primera razón tiene que ver con la atracción por lo prohibido. Y es que a nadie le gusta eso de que le prohíban algo.

Un libro o una película censurada despierta automáticamente nuestro interés. Un alimento prohibido que nos gusta nos provoca más ganas de comerlo aún. Se terminan las entradas para un evento que a priori podría ser interesante y de repente se vuelve casi imprescindible conseguir un ticket.

Aquello que está prohibido por regla general es tentador y decía Oscar Wilde que la única forma de vencer una tentación es dejarse arrastrar por ella. En cierta manera sí, ya que una vez que la acción que estábamos evitando se ha llevado a cabo, no podemos seguir hablando de ella como tal, puesto que habrá desaparecido, ya no existe.

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Pero, ¿qué sucede cuando saltarse a la torera la prohibición y ceder a la tentación tienen consecuencias no deseadas o nefastas para uno?  ¿Existe alguna manera de poder tomar las riendas en asuntos importantes para uno como puede ser tener buena salud o una buena autoestima?

Esto nos lleva a ese otro motivo, bastante más importante que el primero, por el cuál uno tiene dificultades para conseguir lo que desea. Y me refiero al hecho de que la negación no genera acción.  Sólo una frase formulada de manera positiva lo hace y te sitúa en dirección hacia tu objetivo

Yo no puedo ‘no pensar’, ‘no comer’, ‘no fumar’. No+verbo no da como resultado una acción. No formular en positivo implica estar a la espera de una solución que podría llegar del exterior y que la mayoría de las veces no lo hará. La acción y la toma de responsabilidad en la búsqueda de soluciones sólo vienen de la mano de una formulación positiva. Y eso por no hablar de que ‘no comer chocolate’, ‘no comer chocolate’, ‘no comer chocolate’, repetido casi como un mantra, para lo único que sirve es para tener el chocolate presente las veinticuatro horas del día, como si fuera ese colega de trabajo o compañero de piso que no se despega de uno ni para poder ir al baño tranquilo. Mal asunto, si lo que se busca precisamente es ‘no comer’. Con un objetivo formulado en positivo tienes ya una buena parte del camino hecha.

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Lo que sí puedo hacer es sustituir un comportamiento por otro. Y para ello lo adecuado es comenzar por expresar ese deseo de forma positiva.

Un comportamiento repetido genera un automatismo. Por lo tanto voy a remplazar también un automatismo por otro automatismo. Como ya explicaba en el post que escribí sobre la plasticidad del cerebro y cómo podemos beneficiarnos de ella, el papel del cerebro es esencial. Y nosotros tenemos el poder de ‘crear’ el cerebro que más nos interese tener.

Te propongo que en lugar de decir ‘no como más chocolate’, pruebes qué efecto tiene sustituir la negación por una afirmación, como podría ser ‘voy a comer ensalada’. En lugar de decir ‘a partir de hoy ya no más esta vida sedentaria’, sustitúyelo por un ‘a partir de hoy digo a mi buen estado físico’. Un ‘no quiero tener unos kilos de más’ por un ‘quiero estar delgada’. Expresa tu objetivo de tal manera que generes acción. Estos pensamientos nuevos, para que tengan un efecto real y den algún resultado, deben venir acompañados de acciones de sustitución o sustitutorias. Se trata de cambiar un hábito por otro. Qué pasa si tienes ganas de fumar y dices ‘no, no, no, no voy a fumar, no voy a fumar’? Que el cigarro se sienta en el sofá al lado tuyo para ver la tele y te da codazos para que le prestes atención. Está en tu sofá y en tu pensamiento.

Pero si piensas en una acción sustitutoria que pondrás en marcha cada vez que el señor cigarro aparece en tu cabeza, tendrás muchas más probabilidades de éxito.

Para asegurar el éxito de este cambio, es fundamental que la acción escogida sea de fácil ejecución y motivadora para ti.

A base de repetirlo habrás creado un  nuevo hábito que se ajuste más a tus necesidades.

Recuerda que siempre puedes contactarme si necesitas que te ayude con la fascinante tarea de mejorar tu vida. Para más información puedes consultar mi web www.lorenapiorno-coaching.com