Aprende a decir “no”

¿Por qué es tan difícil decir "no"? Es una dificultad enormemente extendida que tiene mucho que ver con una falta de compromiso con las propias necesidades. El deseo de pertenecer al sector de gente bien vista por la sociedad es, sin duda, uno de los grandes motores que hay bajo este imperioso deseo de ser aceptado.

¿Te has visto alguna vez en la situación de hacer horas extras o de ir a trabajar en tu día libre cuando no querías hacerlo pero no te has atrevido a decir "no"? Si la respuesta es sí eres uno más entre las muchas personas que lo han experimentado.

Imagina que tu compañera de oficina te pregunta si puedes ir a darle de comer a sus gatos cada dos días durante un mes porque se va a Cancún y "como a ti te gustan los gatos"… Resulta que estarías dispuesta a hacerlo una vez o dos, pero no más. Sin embargo le dices que harás lo que te pide.  Dato importante: trabajas todos los días hasta las ocho de la tarde, sábados incluidos y vives a 45 minutos de la casa de tu compañera.

Por otra parte, hace mucho que no ves a tu amigo Pepito así que decidís quedar. Pero Pepito tiene preferencia por los lunes y los jueves porque los martes le gusta ir al cine, los miércoles es el día que ha elegido para ir a hacer la compra, los viernes le gusta quedarse en casa y el fin de semana no le gusta comprometerse. Todo esto está muy bien. Cada uno maneja su vida y sus cosas como mejor le parece.

A  ti los lunes no te gusta mucho salir y los jueves tienes clase de canto. Pero resulta que no es la primera vez que no vas a clase para poder quedar con Pepito o que sacrificas tu lunes porque no te atreves a decir “pues parece que no nos ponemos de acuerdo así que no quedamos”. Es decir, que obvias tus propias necesidades cuando Pepito no tiene intención alguna de obviar las suyas. Lo que te planteo no tiene nada que ver con poner en tela de juicio la actitud de tu amigo. Más bien con que evites tú hacer aquello con lo que no estás conforme cuando esto tiene un coste no deseado para ti. 

Tu jefe tiene todo el derecho del Mundo a pedirte lo que él considere oportuno, en este caso horas extras .“Es que fíjate que ni se plantea que todos necesitamos tener un día libre para descansar”, dices. Pues no, no se lo plantea. O sí, pero antepone su necesidad a la tuya. Y está en su derecho.

No le cargues el muerto a él. Si él es o no considerado contigo tú no puedes controlarlo. Pero tú tienes la opción de decir "no". Y tú eres responsable de tu falta de descanso si accedes a lo que él te pide. Eres tú el que tal vez se está haciendo el loco y no estás escuchando lo suficiente tus propias necesidades.

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No se trata de no ser generoso y de no hacer favores a tu prójimo. Nada más lejos.

Se trata de que te cuesta decir "no" aún cuando decir atenta contra tus límites o tus necesidades.

Se trata de escucharse y ser amable con uno mismo. De satisfacer tu necesidad de descanso en lugar de no permitirte tener un día libre. De no dejar que las decisiones del otro con respecto a su propia vida te afecten hasta el punto de olvidarte de la tuya. De respetarte.

Se trata de salir de la posición de víctima y de asumir la responsabilidad de las propias acciones. De asumir que eres tú el que debe decir ‘no’ cuando no quieres aceptar una situación.

Se trata de poner límites, tomar las riendas de tu vida y de no dárselas a los demás.

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Como te decía es una cuestión de que diferencies entre la idea de hacer un favor movido por la empatía, por la generosidad, por la amistad, por el amor que la otra persona te inspira, y la idea de hacer de forma sistemática cosas que no quieres hacer y que atentan contra tu propio bienestar.

¿Cómo librarse de las ataduras que tú mismo has elaborado? ¿Cómo decir "no" sin sentirte culpable? Con pequeños pasitos que te saquen poco de tu zona de confort al principio y mucho más cuando hayas ido subiendo peldaños.

¿Fácil? No. Pero mucho más que posible. Y la felicidad que da alcanzar la libertad, de no sentirse esclavo de los miedos, vale más que un inmenso cofre lleno de oro.

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